Las torrijas de mi madre

Muy buenos días a todos, estoy especialmente contenta, porque después de darle mil vueltas, ha llegado el día en el que por fin voy a escribir mi primera receta (creo que mis mas allegados van a descansar de mi...), me da entre vergüenza y mucha vergüenza.

Mi intención con este blog siempre va a ser compartir las recetas que más me gustan y que tienen un significado especial para mi.

Parece que esta hecho con intención, pero os prometo que ha sido una coincidencia que empiece justo antes de semana santa, y como no....receta de torrijas.

Hay muchas variedades, recuerdo en casa de mi abuela siempre se han hecho de vino que eran las preferidas del abuelo, en casa de mi tía como a mi prima preferida (pero que no se entere, que luego no hay quien la aguante, jajaja) como tiene un odio irracional  a la canela  (jajaja te quiero primo),  mi tía se las hace de vainilla, ya lo se, es lo que nos ha tocado y la seguimos queriendo de todas maneras, es broma, le salen muy ricas.

Pero mis preferidas sin lugar a dudas son las de mi mamá, sí! me pongo ñoña pero es la verdad, son las de leche con canela y bañadas en almíbar.

Y sin mas rollos, que no quiero aburrir antes de tiempo, vamos al lío:

Las torrijas de mi madre

Ingredientes para las torrijas:

barra de pan especial de torrijas

1 1/2 litro de leche

azúcar (según seas de goloso)

6 ó 7 huevos (depende del tamaño)

aceite de oliva 0,4 

rama de canela

Ingredientes para el almíbar:

medio vaso de azúcar 

medio vaso de aceite del que hemos utilizado para freír las torrijas

un vaso de agua

 Primero vamos a calentar nuestra leche, a fuego bajito no hace falta q este hirviendo como si no hubiera un mañana, le hemos puesto el azúcar, con dos cucharadas soperas bien colmadas es suficiente, pero como os decía antes, va en cuestión de lo goloso que seas...,  y la rama de canela.

Lo separamos del fuego y dejamos que se ponga a temperatura ambiente.

Partimos nuestra barra de pan especial para  torrijas (lleva mantequilla),  tiene que estar comprada uno o dos días antes,  lleva unas marcas que te hacen de guía para cortarlo, pero como yo soy un alma libre (jajajaja), lo he cortado como me ha parecido bien.

Batimos nuestros huevos para tenerlos preparados y a mano.

Ponemos nuestra sartén con el aceite 0,4 al fuego, el fuego fuerte con alegría.

Es el aceite que mi madre siempre ha utilizado, porque deja menos regusto en la torrija que el aceite virgen extra, también se puede utilizar el de girasol, aunque en mi casa, como buenos descendientes de jienenses, el aceite de oliva tiene un lugar especial.

 Ya lo tenemos todo preparado y a mano,  aceite caliente, huevos batidos, nuestro pan cortado ah! y la leche templada, no queremos que las torrijas tengan una saborcillo especial a deditos cocidos.

Vamos metiendo en la leche los trozos de pan de dos en dos, si se empapan mucho de leche el pan se termina rompiendo y aquello no hay quien lo coja, para que descargue un poco de leche, lo puedes poner en un escurridor, a continuación lo mojas generosamente en huevo y a la sartén, y lo freímos, que quede doradito, como siempre a gusto, en mi caso mi madre las deja más bien blanquitas como ella dice.

Cuando terminamos de freírlas todas, esto es muy importante y mi madre me lo recordó como treinta o cuarenta veces antes de tirar las fotos, quitarle esas rebabas que le salen al freírlas del huevo.

Aqui viene un momento complicado, comer o no comer, me las como así o espero y les hago el almíbar, eso os lo dejo a vuestra elección, pero por si acaso os dejo como hacer el almíbar.

Colar el aceite que hemos utilizado para freír nuestras preciosas, doradas, dulces, comeme, comeme,  no torrija mala que estoy haciendo el almíbar.....

Centrémonos.

Colamos el aceite, y en un cazo lo ponemos junto con el azúcar a calentar hasta que se disuelva, cuidado que se quema con facilidad así que el fuego que no este muy fuerte y no lo dejéis solo, el agua que le vamos a poner con mucho cuidado, recordar que las quemaduras de azúcar son muy malas, si esta caliente mejor que mejor, y después de unos quince o veinte minutos ya tenemos nuestro almíbar para bañar nuestras preciosas torrijas.

Pero como una imagen vale más que mil palabras ....

 Perdonar que no os haya puesto cantidades exactas, pero fue misión  imposible sacarle a mi madre del "hija es que yo lo hago a ojo" y como todos sabemos, a una madre nunca se le lleva la contraria, te quiero mamá!, ella sabe que es mi madre preferida.

 Espero que os haya gustado la receta y veros muy a menudo por aquí, muchos besos.